Mundo paralelo

Las actividades cotidianas que acaparan toda la atención en el ámbito laboral impiden ver un mundo paralelo que se está gestando. La era digital y las nuevas condiciones del entorno de negocios siguen creciendo a pasos agigantados y el día a día no da tiempo para aprovechar
sus bondades, tanto a ejecutivos de multinacionales, a dueños de Pymes como a emprendedores independientes. Este nuevo entorno de negocios se caracteriza por su gran dinamismo, intenso relacionamiento, colaboración, innovación absoluta en la forma de gestionar las organizaciones, apertura y globalización, para mencionar escuetamente alguna de sus características.

Esta afirmación no la hago como un mero espectador, sino por experiencia propia. Siempre comento en las charlas y conversaciones que tengo con empresarios, emprendedores y directivos de organizaciones de todo tamaño que, desde hace unos años, se veia el crecimiento de otro tipo de tendencia en el mundo del management, pero lamentablemente tenía que atender las consultas de los clientes del “mundo real”.
Cierto día y como una forma de darle crecimiento a mi actividad, decidí delegar algunas tareas que tenia a cargo para comenzar a formar parte de ese mundo paralelo, a participar de este cambio de era de manera activa y poder entregar a mis clientes algunas soluciones para intentar adaptar sus actividades y sus organizaciones a la era digital.
Considero que mi decisión fue acertada, y cada vez estoy más convencido que las reglas de juego que existieron en el siglo XX no volverán nunca más a ser protagonistas en el mundo de los negocios.
Actualmente, y luego de algunos años de analizar (y seguir analizando todos los días) los pasos agigantados en los que se mueven los negocios, puedo afirmar que es “casi” fundamental que todas las personas con un grado de responsabilidad principal en una organización deben estar al menos informadas de como es el entorno de negocios en la era digital.
Los emprendedores deben hacer que sus empresas sean “nativas digitales” (no estoy muy convencido del nombre, pero me parece indicado), haciéndolas agiles, innovadoras, conectadas y poniendo a su capital humano en un lugar preponderante, considerándolo como el “activo diferenciador” con las demás organizaciones. Deben aprovechar que nacen en una nueva era y no deben adaptar nada en su concepción, sino adoptar las características actuales del entorno y hacerlas formar parte de su ADN.
En cuanto a los directivos de las organizaciones en marcha, generalmente son los más escépticos respecto del cambio de entorno de negocios, ya sea por no poder analizar el mundo paralelo (como decía en el primer párrafo) o por no tener la voluntad de cargar con el cambio que significa la adaptación.
Si lo que ocurre es la primera opción (falta de tiempo) deberían considerar un análisis y ser informados respecto de la nueva situación para poder sobrevivir en el nuevo entorno y no verse sorprendidos con los cambios, cada vez más rápidos y profundos.
Si lo que se da es la segunda opción (falta de voluntad de cambio) es indefectible que la organización perderá competitividad y la competencia (incluso compañías de menor tamaño) ganara mercado y efectividad en el grupo estratégico al que pertenezca.
Sin ánimo de ser catastrófico, la situación anterior (me refiero al entorno de negocios del siglo XX) no volverá e indefectiblemente las organizaciones deberán proponerse cambiar para poder subsistir en esta nueva etapa. Lo ideal es hacer esos cambios en tiempos no turbulentos, para hacer que ese cambio no sea por necesidad, pero eso ya es decisión de cada uno.
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